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domingo, 16 de junio de 2013

Se acerca la hora de los relojes inteligentes

En el principio fue el teléfono móvil. Ese celular, como en aquel entonces se les llamaba, era tonto. Muy tonto. Solo servía para hacer y recibir llamadas, aunque cuando apareció en el mercado, a finales de los años 90, todo el mundo se sorprendía al ver a sus primeros usuarios hablar por teléfono en la calle y sin ayuda de ningún tipo de cables. Toda una revolución para la época. Eso sí, nada que ver con lo que sucedería una década después con la irrupción de los smartphones, miniordenadores con forma de móvil conectados permanentemente a Internet. Con razón se les llama teléfonos inteligentes. Como no podía ser de otra forma, esta nueva generación de teléfonos, con el iPhone de Apple como buque insignia, se ha convertido en un auténtico objeto de deseo para unos usuarios que, lentamente, han ido dejando en un cajón a los herederos de los primeros celulares sin cerebro. Por eso, visto el tremendo éxito comercial de estos productos que han marcado un antes y un después en la tecnología de consumo, ahora las multinacionales del ramo planean su siguiente movimiento. Hacer “inteligentes” a más objetos. Y uno de los primeros, aparte de las conocidas gafas de Google, serán los relojes que tendrán dentro de poco muchísimas más utilidades que dar simplemente la hora.
Y es que, gracias a la conexión permanente con nuestros smartphones, estos relojes nos permiten leer todo tipo de mensajes, contestar llamadas, elegir nuestra música favorita e incluso jugar a divertimentos varios. Y todo ello sin necesidad de sacar nuestros móviles del bolso o los bolsillos del pantalón. En concreto, su alcance suele ser de unos diez metros por lo que incluso no necesitamos llevarlos todo el rato encima. Toda una ventaja. Naturalmente, estos dispositivos de menor tamaño precisarán de sus propias tiendas de aplicaciones y ahí precisamente está el negocio para Apple, Samsung y el resto de marcas que trabajan ya en lanzar sus avanzados relojes al mercado. Una nueva frontera para el mundo de la tecnología que podemos disfrutar desde ya. De momento, te ofrecemos una visión esquematizada de cómo se mueve el mercado ordenado por fabricantes. Unos fabricantes que tratan de superar como pueden los principales puntos débiles de estos accesorios: su limitada autonomía debido al reducido espacio existente para albergar una batería como la de un móvil y el precio final de un dispositivo que puede no estar al alcance de todos los bolsillos.
Se acerca la hora de los relojes inteligentes
Sony. Los pioneros
Al César, lo que es del César. Sony es el primer gigante de la industria tecnológica en poner al mercado un reloj inteligente. En concreto, lanzo su SmartWatch en 2012 con el sano objetivo de convertirse en un accesorio imprescindible para su moderna gama de teléfonos Xperia, aunque también se ha asegurado de que sea compatible con la mayoría de teléfonos Android. Pero seamos sinceros, su dispositivo no ha sido un gran éxito de ventas debido a sus limitadas funciones y una pésima interface cuya usabilidad brillaba por su ausencia. Pero en 2013, coincidiendo con los rumores de que las grandes marcas iban a apostar fuerte por este tipo de productos, los japoneses decidieron dar un lavado de cara a su producto en forma de actualización dejándolo, literalmente, como nuevo. En ese sentido, ahora presenta su propio sistema de notificaciones, algo vital teniendo en cuenta que ese es su punto fuerte. Y como no podía ser de otra forma, cuenta con un discreto modo vibración directo a nuestra muñeca para que sea imposible que se nos escape una llamada o un mensaje importante. También han mejorado los menús de navegación para que sea sencillo acceder a las diferentes funciones del reloj. Asimismo, lograban reunir 200 aplicaciones de todo tipo que lo convierten en un producto realmente atractivo, con sus correas de diferentes colores para ir a la moda, desde 129 euros. Eso sí, la batería dura unos tres días con un uso moderado y una jornada si se utiliza de forma intensiva. El que avisa no es traidor.
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Pebble. Un reloj con pantalla de tinta electrónica
Precisamente, la autonomía es uno de los puntos fuertes de Pebble, un reloj inteligente con una pantalla de tinta electrónica. Esta tecnología, usada en los ebooks, hace posible que la batería dure al menos siete días al mismo tiempo que se asegura una perfecta visión en exteriores. Además de ser un producto nacido gracias al crowdfunding, financiación lograda gracias a donaciones online, tiene la gran ventaja de ser compatible con teléfonos de Apple y de Android, algo nada habitual en este tipo de dispositivos. Por si fuera poco, es resistente al agua, lo que muchos piden en un producto de estas características. Eso sí, sus funciones son algo limitadas centrándose en las notificaciones y en controlar nuestro reproductor de música aunque cuenta con su propia tienda de aplicaciones. Su precio es muy contenido, 150 dólares, y se vende en su propia página web. Pese a no ser un producto de una multinacional tecnológica, Pebble es el responsable del 'boom' de los relojes inteligentes debido a su exitosa campaña publicitaria para poder autofinanciarse. Además, y al contrario que lo que sucede con otras marcas más consolidadas, su sistema operativo se está constantemente actualizando con nuevas funciones y compatibilidades con diversas aplicaciones como RunKeeper, el conocido programa para hacer footing. El tiempo dirá si puede sobrevivir al empuje de la competencia de los gigantes del sector.
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I'm Watch. Un problemático reloj italiano
No todos los productos tecnológicos provienen de EE UU, Japón o Corea. En Italia también se trabaja en este campo como lo demuestra su I'm Watch, un reloj inteligente que lleva ya dos años en el mercado, aunque con bastantes carencias. En ese sentido, es excesivamente pesado, unos 90 gramos, y muy grueso, unos 10 mm, para llevarlo en la muñeca, lo que provoca que notemos en todo momento que lo tenemos puesto. Un ladrillo, vamos Por si fuera poco, posee un procesador demasiado lento para todas las cosas que pretende hacer. Incluso se llega a colgarse con cierta frecuencia. Y todo ello pese a que utiliza una versión modificada de Android, más ligera, con el objetivo de evitar estos problemas. Por si fuera poco, no tiene muchas aplicaciones propias, unas 40, que no dan para mucho. Asimismo, precisa de la conexión permanente a un teléfono para poder funcionar. Como si siempre estuviera unido a él a través de un invisible cordón umbilical. Su pantalla, TFT y con una resolución muy pobre (240x240), dificulta sobremanera leer los contenidos de los distintos mensajes que llegan al reloj. Y para terminar tenemos su excesivo precio: 349 euros. Hay teléfonos mucho más potentes y que hacen más cosas por mucho menos dinero. Naturalmente, también tiene aspectos positivos como su compatibilidad con móviles de Apple y con el sistema operativo de Google, además de poder hablar y contestar llamadas sin necesidad de auriculares gracias a sus altavoces y micrófono incorporados. En definitiva, un quiero y no puedo que tiene los días contados en la industria tecnológica de consumo pese a contar incluso con ediciones de lujo con el cuerpo de titanio por 800 euros, de titanio negro por 900, de plata por 1.500, de oro rosa por 13.000, y de oro blanco y diamantes por 15.000. Una pasada, en todos los sentidos.
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Apple. Del iPod nano al iWatch
Cuando una empresa está en racha, inventa cosas incluso sin pretenderlo. Es lo que le sucedió a Apple, a la que debemos la concepción del smartphone tal y como lo conocemos hoy y el nacimiento de la primera tableta. Todo comenzó cuando sacó al mercado el iPod nano de sexta generación que contaba con una minipantalla táctil similar al de sus hermanos mayores. Pues bien, una de las opciones que tenía este mp3 era mostrar la hora. Su contenido tamaño y la posibilidad de ponerle una correa a modo de accesorio, lo convirtieron en un reloj de última generación. Eso sí, su batería, al tener todo el rato la pantalla encendida, no duraba un día entero. Lógico. Hay que tener en cuenta que no era un dispositivo ideado para ello. De todas formas, viendo el éxito de este insospechado uso a su 'gadchet', la empresa de la gran manzana decidió preparar un reloj de verdad con el nada original nombre de iWatch.
Alrededor de un centenar de personas están trabajando en este proyecto que se mantiene en el más absoluto de los secretos, aunque diversos medios de comunicación, como Bloomberg, aseguran que llevará en su interior una versión de iOS para asegurarse su compatibilidad con los dispositivos portátiles de la marca y que llegaría al mercado en el último trimestre del año de cara a la suculenta campaña navideña. Eso sí, para diferenciarse de la competencia, podemos encontrarnos con un reloj con pantalla flexible (como se ve en la recreación que encabeza este apartado). Una nueva tecnología que, además de aligerarnos el peso de la muñeca, tiene como principal ventaja un menor gasto energético, lo que provocará que su batería dure hasta cinco días sin necesidad de recargarlo. Y todo ello pese a que prácticamente nos encontramos ante un iPhone en miniatura con el que podremos navegar, utilizar mapas online, contestar llamadas y correos, entre otras funciones. Incluso, contará con una cámara que nos permitirá sacar fotos y realizar videollamadas. Ahora sólo falta comprobar si será tan maravilloso como dicen.
Se acerca la hora de los relojes inteligentes
Samsung. Un teléfono para dominarlos a todos
Como en todo campo de batalla tecnológico que se precie, Samsung no iba a quedarse con los brazos cruzados. La empresa coreana sigue empeñada en dominar el mercado de los smartphones y derivados, así que ya cuenta con su propio reloj inteligente para lanzarlo al mercado en el momento en el que crea oportuno. Es decir, estas Navidades para hacerle la puñeta al iWatch de Apple. Y es que su nombre ya lo dice todo: Samsung Galaxy Altius, por lo que no nos queda ninguna duda de que se va a llevar a la perfección con sus teléfonos móviles Android. Y poco más, porque la multinacional coreana no está por la labor de mostrar sus cartas tan pronto. De momento, no se sabe ni sus características ni su precio, seguramente esperando a ver lo que hace la compañía de la gran manzana. Eso sí, viendo las fotografías que se han filtrado tiene muy buena pinta. Habrá que estar atentos en los próximos meses a su presentación en sociedad.
Se acerca la hora de los relojes inteligentes
LG, Google y Microsoft. Estamos trabajando en ello
Si Samsung tiene como principal objetivo aguarle la fiesta a Apple, LG, la otra gran multinacional coreana, no pierde la ocasión de enfrentarse a los primeros en smartphones, televisores, microondas y todo lo que les echen. Y los relojes inteligentes no son una excepción. De hecho, al parecer cuenta ya con un producto de lo más avanzado, aunque, al igual que Samsung, no ha dado más detalles del mismo para evitar dar pistas a la competencia. Es más, todavía no se sabe si tendrá en su interior una versión de Android o de Firefox OS, ya que este último sistema operativo de nuevo cuño no precisa de tanta potencia bruta para ejecutar todo tipo de aplicaciones. Incluso se rumorea que podría venir con un accesorio tipo Google Grass que facilitaría su manejabilidad. Rumores y más rumores.
Menos se sabe del smartwatch de Google. Tan sólo que el equipo encargado de actualizar Android estaría trabajando en él. La idea de la empresa del famoso buscador es permitir a todos los usuarios de su sistema operativo móvil acceder a un reloj sin depender de fabricantes como Sony, Samsung y LG. Vamos, un Nexus smartwach en toda regla. De momento, no se saben más datos, ni fecha de lanzamiento ni precio, aunque, si es fabricado por la propia Google, se prevé que no sea demasiado caro.
Y visto el panorama, a Microsoft no le ha quedado más remedio que anunciar que está preparando su propio reloj inteligente. Lógico. La multinacional norteamericana ve como ningún smartwatch del mercado es compatible con sus teléfonos móviles, lo que, a la larga, podría suponer la pérdida de sus clientes que podrían cambiar de sistema para poder disfrutar de tan deseado gadget justo ahora cuando Windows Phone 8 parece despegar. Eso sí, parece que la cosa va para largo y en cualquier caso no tendríamos un reloj de Microsoft antes de 2014. Un reloj que, con el iWatch de Apple y el Galaxy Altius de Samsung en el mercado, quizás llegue demasiado tarde. Toda una ironía tratándose de un producto cuya función principal será facilitar que lleguemos a tiempo a nuestras citas. Y es que hay cosas que nunca cambian.

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