Aún no son claros los alcances de esta decisión ni sus
consecuencias, pero, debido al tamaño de la compañía, puede inferirse que serán
de gigantescas proporciones. Desde su creación en 1988 en la ciudad portuaria
de Shenzhen por un antiguo oficial del ejército chino, Huawei creció de forma
tan acelerada que hoy es la principal fabricante de equipos de
telecomunicaciones del mundo, que reportó ganancias cercanas a los US$35.000
millones en 2012 y ha expandido sus operaciones en más de 140 países.
Y fue, precisamente, ese crecimiento acelerado el origen
de sus problemas en Estados Unidos. En octubre pasado, el Comité de
Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos reveló una
investigación de 11 meses en el que señaló a Huawei (y a otras multinacionales
chinas del sector, como ZTE) de representar un riesgo demasiado grande para el
país. Su tesis es que la enorme influencia estatal china sobre sus operaciones
y su gigantesco tamaño en el mercado estadounidense (vendió allí US$1.300
millones el año pasado) la dejan en una posición privilegiada para llevar a cabo
tareas de espionaje industrial y militar.
Según sus hallazgos, apoyados en la labor de agencias de
inteligencia y seguridad, los Reuters instalados por la empresa envían grandes
paquetes de información con rumbo a China en la madrugada. La recomendación del
Comité a las empresas estadounidenses, de no hacer negocios con Huawei, fue
atendida de inmediato por Sprint, uno de los principales operadores del país, y
su propietaria Softbank, quienes anunciaron la disminución de sus pedidos a
Shenzhen.
Aparentemente, esa sería la gota que rebosó la paciencia
de los ejecutivos chinos, quienes desde un principio rechazaron tajantemente
las acusaciones de Washington. “No me malinterpreten: me encantaría seguir
creciendo en Estados Unidos, pues es un mercado de alto valor agregado, pero
tenemos que enfrentar la realidad. Nos centraremos en el resto del mundo, que
es racionalmente muy grande y está creciendo significativamente”, le dijo Li
Sanqi, vicepresidente tecnológico de Huawei, a la revista PC World.
Uno de sus principales focos de atención es China, donde
el Gobierno busca expandir las redes y los servicios basados en tecnología LTE
(también llamada 4G), en la cual la firma es un jugador estratégico a nivel
mundial.
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