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martes, 23 de abril de 2013

Spotify vs Grooveshark: ¿cuál es mejor?

¿A quién no le gusta la música? Salvo las personas con amusia (un desorden neurológico que impide reconocer ciertos patrones sonoros y, por tanto, disfrutar la música), la gran mayoría de las personas sienten predilección hacia un ritmo en especial. Desde quienes aseguran les gusta “de todo” hasta los que necesitan saber qué grupo está tocando y quiénes son sus integrantes; incluso, algunos más obsesivos que deben distinguir el género, año de producción y en qué álbum viene la canción. A todos ellos les interesará saber que ya hay una opción más para escuchar música por Internet: Spotify.

Por Víctor M. Aguilera C.

@juanoctambulo
Una de las cosas que ha permitido Internet es tener un acceso más rápido y directo a canciones que antes debían ir a buscarse a la tienda de discos o esperar a que las tocaran en la radio. Hoy existen muchas herramientas que ofrecen soluciones distintas para escuchar y descubrir música nueva, con ventajas y desventajas acordes a su propuesta. Para propósitos de este artículo, nos enfocaremos en Grooveshark y Spotify por diversas razones:
1.  Disponibilidad. Aunque existen muchos servicios y opciones de streaming musical, varios no están disponibles en México, como Pandora, Rhapsody, we7, MOG, etcétera.
2.  Precio. Aceptémoslo, cuando buscamos algo en Internet probablemente sea porque lo queremos gratis. Algunos de los mejores servicios de streaming musical cobran por su uso: Deezer, por ejemplo, sólo deja escuchar 30 segundos de las canciones de manera gratuita, lo cual equivale a una patada en las espinillas. De hecho, la mayoría ofrecen un período de prueba de sólo 30 días y otros, como Rdio, no son claros sobre el límite de tiempo.
3.  On Demand. Muchas páginas que permiten escuchar música en streaming de manera gratuita no dejan seleccionar las canciones (opción conocida como On Demand) e incluso pueden bloquear el botón de adelantar o saltar una melodía, por lo que funcionan casi como una estación de radio real (pero adecuada a tus gustos).
Aunque puede haber más oportunidad de descubrir música nueva con este tipo de sitios, las posibilidades son restringidas y normalmente sólo dejan elegir el género o el artista (Jango, por ejemplo). Musicovery incluso ofrece la posibilidad de ubicar tu humor en un cuadrante: oscuro-positivo en el eje X o energético-calmado en el eje Y pero, de nuevo, las opciones son limitadas si quieres oír una canción específica.

1.  Catálogo. Ningún sitio tiene todas las canciones, pero unos tienen inventarios más amplios que otros. Quienes hacen tratos con disqueras tienen una gran ventaja, pero muchas veces no están disponibles en nuestro país. En este caso el primer lugar puede ser para las páginas donde los usuarios generan el contenido.
Así, en México las opciones son reducidas. Cuando uno quiere escuchar música gratis, Grooveshark por un lado y Spotify por el otro parecen las mejores propuestas, aunque son muy diferentes entre sí.

El inventario de ambos sitios es amplio, pero la forma en que se completan ofrece resultados distintos. Grooveshark funciona de manera similar a YouTube, donde los usuarios generan el contenido. Ello puede implicar que ocasionalmente una misma canción sea subida varias veces con datos incorrectos y hasta nombres cambiados, pero también significa que tiene un catálogo gigantesco y en constante expansión.

Eso sí, sus archivos están siempre mutando y algunas canciones son subidas y retiradas frecuentemente, lo cual afecta tus listas de reproducción. Esto se debe a que Grooveshark se encuentra en una lucha legal con las disqueras. Por ello, por ejemplo, no encontrarás una sola canción de los Chemical Brothers ni los Smashing Pumpkins (a menos que busques con ortografías alternativas).

Spotify, por su parte, tiene acuerdos con las disqueras más grandes y algunas otras independientes, por lo que cuenta con muchísimas canciones de todos los géneros. Aunque difícilmente retirarán música que ya subieron y el proceso es “más legal”, resulta también complicado llenar los huecos de su inventario.

Spotify requiere que descargues un software para empezar a escuchar música. Éste en realidad no es pesado (tan sólo 91kb que se bajan en seguida dependiendo de tu conexión; además, ya están trabajando en una versión para el explorador), pero Grooveshark puede disfrutarse de inmediato en el navegador incluso sin crear una cuenta.

Los dos sitios tienen integración con Last.Fm y posibilitan la interacción por redes sociales, pero Spotify destaca y se aventaja gracias a las aplicaciones gratuitas que complementan la experiencia: desde aquellas diseñadas para descubrir música nueva o buscar melodías acordes a tu estado de ánimo hasta las que te permiten revisar críticas o encontrar la letra de las canciones.

Luego de escoger un artista o género (o varios), los dos sitios tienen la opción de funcionar como radio, proponiendo canciones similares a tu selección. Asimismo, todas te dan la oportunidad de crear y guardar listas de reproducción canción por canción o escuchar las del sitio y de otros usuarios. Esto es muy fácil en el caso de Grooveshark, donde la navegación es amigable y sencilla. En Spotify la navegación es menos intuitiva y hay que abrir el programa cada que quieres escuchar una canción.

En realidad, ambos servicios ofrecen opciones de pago para ampliar sus posibilidades y mejorar la experiencia: Groveshark (por 9 dólares al mes) y Spotify (49 MXN al mes) garantizan eliminar los anuncios que plagan sus sitios en la versión gratuita; algo especialmente molesto en Spotify, donde además de los visuales, se insertan frecuentemente spots sonoros entre las canciones.

Además, por 99 MXN al mes en Spotify y los mismos 9 dólares en Grooveshark (o 99 USD por todo el año) se incluye la posibilidad de escuchar el catálogo en los dispositivos móviles y hasta una opción sin conexión, además de algunas otras mejoras.

Entonces, ¿son gratis o no? Spotify lo es pero con muchas limitaciones: además de soportar las interrupciones de los spots, durante los primeros seis meses puedes escuchar hasta 20 horas de música cada mes (120 horas gratuitas de streaming durante un semestre), que luego se reducen a 10 junto con la restricción de escuchar la misma melodía máximo cinco veces cada mes. En Grooveshark, además de los banners y una que otra interrupción para preguntar si sigues ahí (luego de que la página quede cierto tiempo en reposo con la música corriendo), no existen límites sobre la cantidad de canciones que puedes buscar y disfrutar. Para subir música sí requerirás crear una cuenta pero esto no tiene ningún costo.

Grooveshark sin duda parece la mejor opción por su catálogo inconmensurable, lo accesible de su interfaz y la enorme libertad que ofrece. Sin embargo, si te decides a pagar para eliminar anuncios y llevar la música a tus dispositivos móviles, vale la pena recordar que Spotify no sólo tiene un catálogo más ordenado y acuerdos con disqueras, sino que ofrece mejores apps (Facebook, Google y Apple dejaron de actualizar las aplicaciones de Grooveshark por sus problemas sobre derechos de autor), complementos y calidad de audio garantizada.

Lo ideal, sin duda, es combinar fuerzas. Ya sea que quieras o no pagar, lo importante es tener toda la música a la mano y si combinas los dos catálogos probablemente nunca te quedes con las ganas de escuchar tu canción predilecta.

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