Según el analista
senior de ABI Research, Joshua Flood, el potencial crecimiento de los
smartwatch se atribuye principalmente a “la alta penetración de teléfonos
inteligentes en muchos mercados, la amplia disponibilidad y bajos costos de
sensores MEMS, las tecnologías de conectividad de bajo consumo como Bluetooth
4.0 y un ecosistema de aplicaciones floreciente”.
La investigación revela que los relojes inteligentes se
pueden dividir en cuatro categorías de relojes: de notificación, como
MetaWatch, Pebble y Cookoo; operados a través de voz, como el de Martian;
híbridos, e independientes, que poseen su propio sistema operativo y que pueden
ser utilizados sin la necesidad de un smartphone.
Un ejemplo de un smartwatch independiente es el italiano
I’m Watch, aunque también podrían caer en esta misma categoría los propuestos
por Samsung, Apple y Microsoft, los cuales al parecer tendrán su propio sistema
operativo.
“Los relojes inteligentes que tienen la misma
funcionalidad que un smartphone aún no son comercialmente viables, aunque ciertamente
las tecnologías se encuentran en preparación”, añade Flood.
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